OCTAVIO VÉLEZ ASCENCIO
Nadín Reyes Maldonado, hija de uno de los militantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) desaparecidos desde hace casi dos meses en esta capital, dijo estar sorprendida e impresionada por la participación de su padre en el grupo armado y por la reivindicación que ha hecho para exigir su presentación con vida.
“Mi padre es comerciante; venía a Oaxaca a visitar a mi abuela, pero de ahí no sabíamos nada más”, señaló.
El eperrista, Edmundo Reyes Amaya, nacido hace 56 años en Oaxaca, desapareció con otro miembro de esa organización, Raymundo Rivera Bravo o Gabriel Alberto Cruz Sánchez, el 25 de mayo pasado en esta ciudad.
Mientras tanto, el gobernador del estado, Ulises Ruiz Ortiz, deslindó a su administración de la detención de los presuntos militantes del grupo armado.
No existe ninguna averiguación previa ni orden de aprehensión de la Procuraduría General de Justicia o del Tribunal Superior de Justicia “contra las personas que señala el EPR, tampoco están detenidos en algún penal de la entidad”, señaló.
Exhortó a los oaxaqueños a no tener temor ante el pronunciamiento hecho del EPR y precisó que las autoridades federales han iniciado las investigaciones respectivas y los operativos para resguardar las instalaciones estratégicas en todo el país.
La hija, licenciada en pedagogía, maestra de preescolar, contó que su padre viajaba cada mes o tres meses a Oaxaca para ver a su madre, Eulalia Amaya, quien radica en una colonia de esta ciudad.
“La noche del 22de mayo salió por autobús (del DF), acordando regresar el día 30. La semana siguiente, se nos hizo raro que mi padre no regresara como el nos había dicho, ni tampoco se comunicara para avisarnos que se quedaría más tiempo. Se nos hizo muy raro ya que es muy puntual y cuando no es así, se comunica para avisarnos cuando no puede regresar. Esta situación nos angustió de momento, pero pensamos en que podría estar disfrutando de la familia. Pero llegó el sábado por la mañana y aún no se había comunicado, por lo que decidí por tanto hablarle a su número celular, sin embargo se escuchaba un aviso de fuera del área de servicio”, narró.
Ante ello, agrega, empezó a indagar en los periódicos para informarse sobre Oaxaca por haber visto “por la televisión que la situación estaba muy dura”.
“Y es entonces cuando por medio de La Jornada, me entero de la detención-desaparición de mi papá el 4 de junio y veo que el EPR, lo reconocía como su integrante. En ese momento todo fue turbio y confuso para mi familia y para mi, pues nos angustiamos demasiado cuando vimos que este grupo lo reivindicaba, junto con otras dos personas, lo cual nos lleno de miedo, quedándonos como en estado de shock, sin saber que hacer”, añadió.
Su madre, Eulalia Reyes, dijo: “Desde hace 30 años se fue (a la Ciudad de México) en busca de trabajo; nos visitaba en la casa y lo hacia pocos días, sin que nos informara lo qué hacia o a dónde iba”.
A pesar de la reivindicación que ha hecho el EPR de su padre, Nadín no aceptó del todo que sea militante de ese grupo armado.
“Cuando venía a Oaxaca decía ‘voy a ver a la familia’ y le creíamos, nunca vimos nada raro ni lo cuestionábamos. Voy a creer hasta que lo tenga enfrente y me diga si es cierto o no”, refirió.
Pero, subrayó que no tiene nada por reprochar a su padre en caso de ser militante del EPR.
“No hay secretos en la familia, pero si es así (que sea eperrista) no tenemos nada que reclamarle; si no nos dijo nunca nada es por algo”, indicó.
Y exigió a los gobiernos federal y estatal presentar con vida a su padre, pues a pesar de pertenecer a una organización armada revolucionaria, “tiene derecho a un juicio justo”.
“Pese a que se han deslindado de tenerlo en la cárcel, está en sus manos encontrarlo y presentarlo”, remarca.
Reyes Maldonado adelantó que presentará una denuncia penal por la desaparición de su padre y recurrirá a Amnistía Internacional (AI) y a la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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